de los fundadores del Mulino
Por Dino Messina (*)
“Muchos liberales suavizaron su pensamiento para ser políticamente correctos”. No es el caso de Nicola Matteucci (1926-2006), uno de los mayores pensadores italianos del Novecientos, recordado ayer por amigos y discípulos, a tres años exactos de su fallecimiento, en un encuentro en la iglesia de Santa Cristina, organizado por la Fundación Cassa di Risparmio di Bologna, la Facultad de Ciencias Políticas, de cuya fundación participó, y el Departamento de Política, Instituciones e Historia.
Radicado en la ciudad en la que en el 1951 participara del núcleo propulsor del Mulino, por sus originales aportes y por la honestidad de sus posiciones, bien trazadas por Fabio Roversi-Monaco, quien abrió el encuentro, Nicola Matteucci es una de esas figuras destinadas a crecer en el panorama de la cultura contemporánea. Y no solo por la magnitud de los aportes, confirmada por las intervenciones en la jornada de estudios: su discípulo Angelo Panebianco, quien finalizó el encuentro, se encargó de la relación entre “Estado y mercado”, refiriéndose a la lección del maestro y a su interpretación de las teorías de Friedrich von Hayek, Pierangelo Schiera habló de “Estado e liberalismo”, Gianfranco Pasquino de la relación entre “liberalismo y socialismo”, Giovanni Bognetti del constitucionalismo, Anna Lazzarino Del Grosso de “Derecho, política y mercado”.
Lo que impresiona a los oyentes es la actualidad de la enseñanza y la originalidad de un hombre que sabía mantener la línea frente al conformismo dominante.
A partir del estudio de Antonio Gramsci, del cual supo alcanzar el fecundo aporte metodológico, más allá de la raíz ideológica, ya en 1963, en el ensayo “Positivismo jurídico y constitucionalismo”, se contrapuso a las concepciones filosóficas y jurídicas de Norberto Bobbio quien, señaló Anna Lazzarino Del Grosso, “a pesar de la intención contraria, no puede evitar recaer en las mismas conclusiones del viejo positivismo jurídico que en realidad querría superar”. Para Matteucci, “sólo el reconocimiento de la existencia del derecho natural, que Bobbio rechaza de manera categórica, puede hacer frente al peligroso y antihistórico estatalismo”.
La concepción liberal de Matteucci, según afirmó Gianfranco Pasquino entre otros, tenía su eje en el constitucionalismo entendido como sistema para la defensa de las libertades individuales y al mismo tiempo limitar el poder. Y en el marco de esta visión asume gran importancia el control de constitucionalidad, hasta afirmar que un sistema es menos liberal si no prevé tal freno.
Ya en el 1970 Matteucci había hablado de “nueva insurgencia populista”, refiriéndose a la pasión para las ideas simples y a la adversión hacia las reglas necesarias para el funcionamiento de los sistemas complejos. Partidario del mercado, que como explicó Panebianco, generalmente implica la democracia, Matteucci sin embargo le temía a la “sociedad unidimensional” en la que todo se sacrifica en provecho de la eficiencia y del consumo. Su lección, muchas veces desoída, hoy está siendo redescubierta.
*Tomado del Corriere della Sera, 10-10-2009. Traducción para este blog de Mariangela Di Bello
2 comentarios:
hola Carlos, entre al blog, vi este articulo y me gusto mucho. Estuve mirando los otros, y siento que comparto muchas cosas. lo agregare a mis contactos. muchas gracias
Prezado Carlos, muito bom o texto. Saudações desde o Brasil! Fabricio
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