Reflexiones al vapor

lunes, 21 de septiembre de 2009

Carlos Moreira (*)

Estamos llegando al final de la primera década del siglo XXI, y América Latina se enfrenta a una serie de dilemas políticos que no son los mismos de una década atrás. Ante ellos, la teoría política latinoamericana parece crujir, y los antiguos conceptos y certezas reclaman una urgente revisión.

En primer lugar, hasta ahora ha predominado un precepto cuasi inamovible, que lo urgente para las sociedades y los gobiernos latinoamericanos era abordar los problemas sociales, y que no importaba si quedaban para después los asuntos institucionales, pues la brecha entre lo social y lo político se estrecharía solo si se atendían los demandas sociales. Tal era el pragmatismo reinante, que abarcó a derechas e izquierdas. Todos decían saber que hacer, esto es, desarrollar las políticas sociales de tipo asistencialista, y las instituciones y reglas del juego político se ajustaban en función de ello.

¿Hasta cuando vamos a poder sostener que lo social es la variable independiente y lo político institucional la variable dependiente? Creo que muy poco tiempo más. El estado de derecho y la administración de justicia, por ejemplo, reclaman su lugar bajo el sol. La falta de orden civil y seguridad pública en nuestros países cada vez brilla con mayor intensidad en la agenda de los problemas públicos del continente.

En segundo lugar, existe un debate que ha tenido una indudable luminosidad hasta aquí, como es el que se da entre democracia deliberativa vs. democracia representativa, pero el mismo se va mostrando estéril y parece estar llamado a quedarse en el pasado. Y es que, considerar que la democracia deliberativa y la democracia representativa son pares antagónicos o al menos de difícil conciliación, dado que sabemos que la variante representativa nació como reacción conservadora de las variantes deliberativa o directa, está demostrando serios límites al momento de analizar la calidad de la democracia en el continente. Es más, hoy el dilema parece ser como conciliar ambos modelos y superar la (falsa) dicotomía. Y ello porque en algunos de nuestros países, caso Bolivia, la sociedad se organiza crecientemente a través de mecanismos directos para controlar a sus elites y participar de manera permanente y vinculante en la etapa de formulación de decisiones, junto a los representantes que elige para que tomen e implementen esas decisiones. Y esto plantea un escenario nuevo que aún busca su marco teórico adecuado.

En tercer lugar, hasta ahora hemos mantenido como axioma que el desarrollo de la participación política a través de las arenas deliberativas parecía contradictorio con la presencia de líderes fuertes. Es más, se sostiene que los líderes carismáticos del estilo que se denomina neopopulista solo están interesados en manipular las asambleas para beneficio propio. Y se ha dado en criticar algunas experiencias de democracia participativa, como las que ocurren en Venezuela, por ejemplo, con el objetivo de cuestionar el tipo de liderazgo que ejerce Chávez. Y ello también parece una concepción que es necesario revisar, desde el momento en que de ninguna manera es evidente que la calidad de la democracia se resienta con la presencia de un líder carismático. Es perfectamente posible en términos teóricos considerar que se extiende y profundiza la democracia a través de partidos políticos y movimientos sociales, al tiempo que las decisiones se concentran en la figura del presidente, sea esto porque el presidente se somete a las arenas deliberativas o porque lidera sectores y actores históricamente marginados que dependen, al ingresar al juego político, de la presencia de un líder fuerte y activo.

(*) Exposición en la Mesa Redonda Gobernabilidad y Democracia en América Latina, Congreso ALAS, Buenos Aires, 4-09-2009.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Donde puedo comprar su libro sobre la democracia uruguaya? Gracias saludos cordiales

Carlos dijo...

si es en Uruguay, en este mismo blog, un poco mas abajo, hay una lista de las librerias en Montevideo donde se encuentra. En Argentina, se puede comprar a través de www.lanavedeloslocos.com.ar o en librerias de la Calle Corrientes. En México, puede consultar en la editorial Porrúa www.maporrúa.com.mx
un abrazo