ELECCIONES EN URUGUAY

martes, 30 de junio de 2009


por Enrique Martínez Larrechea (*)

¿Qué expresan los resultados?

Los resultados de las elecciones internas de los partidos políticos, realizadas el pasado domingo 28 de junio, contemporáneamente a las elecciones legislativas argentinas, al igual que en ese país han significado el paso a un nuevo escenario político.
La unidad del principal partido de oposición, las diferencias en el seno del partido de gobierno, la crisis económica internacional que establece un contexto de incertidumbre y la insatisfacción de parte de los sectores medios con el primer gobierno de izquierda en Uruguay, parecen sugerir que se abre un escenario nuevo, particularmente incierto.
Nadie podría vaticinar a partir de hoy el triunfo del Frente Amplio o su derrota a manos de la oposición. Cada día y cada expresión, cada movimiento táctico, habrá de pesar para dirimir el pleito de las elecciones nacionales del 25 de octubre.
A diferencia de 2004, cuando el Frente ganó por mayoría absoluta en la primera vuelta, en el 2009 ello parece dificultoso.

¿Cómo sigue ahora el proceso en cada partido respecto a las fórmulas?

El principal partido de oposición, el Partido Nacional, selló la misma noche del 28 de junio, una fórmula de unidad entre el candidato victorioso, el ex presidente Lacalle, y su contendiente, el senador Larrañaga.
Ambos líderes se abrazaron públicamente, dejando en la retina del país la imagen de un partido unido, y dispuesto a dar batalla al actual oficialismo.
El Partido Colorado, un antiguo PRI uruguayo, obtuvo apenas 11% de los votos, guiado por un candidato inconveniente, el ex ministro Pedro Bordaberry, hijo del dictador Juan María Bordaberry, quien cumple prisión domiciliaria acusado por supuesta participación en la muerte de los ex legisladores Michelini y Gutierrez Ruiz, asesinados en Buenos Aires en 1976.
A la luz de esos resultados, es que el país deberá encarar las próximas elecciones nacionales el 25 de octubre, cuando se elegirá, además de la totalidad de los integrantes del parlamento bicameral (30 senadores y 99 diputados), al futuro presidente de la república para el período 2010-2015, que surgirá de quienes el pasado domingo obtuvieron la condición de candidatos únicos de sus partidos.
En el gobernante Frente Amplio, la designación como candidato presidencial correspondió al senador José Mujica, sobre su rival y pretendido delfín del presidente Vázquez, el ex ministro de Economía Danilo Astori. Este pleito se cierra con una clara opción de la ciudadanía frenteamplista por un candidato diferente al que se promovía por parte del presidente Tabaré Vázquez y sus allegados.
Aunque con porcentajes muy diferentes a los que los candidatos frentistas recogieron en el Congreso del Frente Amplio realizado hace seis meses, que habilitó a todos (Mujica, Astori y Carámbula) a competir en las internas, como lo ha señalado el periodista Lessa, el resultado sigue exhibiendo el apoyo mayoritario a Mujica, ya no solo del Congreso del Frente Amplio sino también de la ciudadanía frenteamplista.
En el Congreso mencionado, Astori obtuvo muchos menos adhesión que en las urnas y Mujica mucho más. Pero aun con esa corrección, a medida que nos movemos desde el "aparato" partidario a la sociedad, la hegemonía de Mujica se confirma como muy relevante.
Claro que para triunfar el 25 de octubre, Mujica requiere que Astori se incorpore a la fórmula como un futuro vicepresidente atípico, esto es como cuasi primer ministro o jefe de gobierno, donde el equipo astorista controlaría también el gobierno económico y financiero, y Mujica se reservaría en cambio la dirección final y algunas medidas estratégicas.
Danilo Astori, alejado de la campaña de las internas por una neumonía, se reestablece en su domicilio y ha señalado que mantiene diferencias de peso con su compañero del senado, lo cual requiere afinar acuerdos programáticos.
Así las cosas, el Frente Amplio exhibió una votación relativamente magra en las elecciones internas, y fue superado por la oposición. Si bien ello no significa nada (no estaba en juego una competencia entre partidos ni las elecciones eran obligatorias, como lo serán las elecciones nacionales de octubre), la excelente votación de la oposición encendió una luz amarilla para la coalición gobernante.

¿Cuales son las perspectivas para Mujica y Lacalle?

Como el antiguo líder guerrillero lo expresara, su liderazgo representa a los sectores más populares que en un pasado no del todo remoto, preferían al Partido Colorado del presidente Pacheco Areco, al que los Tupamaros combatieron con las armas en la mano. Ese sector social humilde, desvalido, asentado en las periferias de las ciudades de Montevideo y Canelones y en el interior profundo, encuentra en Mujica un intérprete de sus aspiraciones.

Pero por razones políticas, tambien las principales fuerzas del movimiento obrero (la poderosa central PIT CNT) y la militancia del Frente, encuentran en Mujica al exponente de un pensamiento libertario y de una praxis revolucionaria.
Como al presidente Lincoln, a quien se lo encontraba labrando la tierra, también este floricultor de vasta e insospechada cultura política recibe a sus interlocutores en su chacra de la periferia montevideana, sin concesiones a ninguna actitud superflua. Mujica y los gobernantes y legisladores del sector, destinan una parte importante de su salario a la capitalización del fondo Raúl Sendic, el fundador de la guerrilla del MLN, fondo que financia entonces microcréditos a sectores que no podrían hacer valer las garantías que los bancos les requieren.
Sin embargo, el proyecto de Mujica, de promover la agregación de valor a la producción por medio de una vasta revolución educativa, aun en los marcos capitalistas y sin apelar a reformas institucionales que persigan la concentración del poder (o la reelección del turno de gobierno) como en Bolivia, Ecuador o Venezuela, no satisface a vastos sectores medios, aún los encuadrados en el Frente, que califican de incorrecta e inoportuna su estética poco convencional de luchador social.
El Partido Nacional, por su parte, irá de la mano de Lacalle, quien no puede exhibir el liderazgo carismático y la adhesión popular de Mujica, pero expresa en cambio, al vasto sector medio, al que el gobierno del Frente Amplio ha sancionado impositiva y culturalmente y que tiene razones para preferir un cambio de timón.
Sea como sea, una primera vuelta en octubre exhibirá un virtual empate entre gobierno y oposición y la obtención del 50% en la segunda vuelta del último domingo de noviembre luce problemática para los dos bloques (la centroizquierda, que expresa el Frente Amplio y la centro derecha, de los partidos históricos Blanco y Colorado)
En cualquier caso, el nuevo gobierno carecerá de mayorías absolutas y deberá negociar con su adversario, no solo sus principales medidas estratégicas, sino la gobernabilidad misma del país.
Ello indica que el Frente Amplio en caso de triunfar no podrá “profundizar los cambios", en el sentido de acentuar una cierta orientación socializante y el acometimiento de posibles transformaciones que el sector de Astori resiste fuertemente (por ejemplo, la derogación de las AFAP, las AFJP argentinas) al igual que la oposición. Ello podría intensificar la sensación de bloqueo que viven hoy muchos militantes de izquierda, la idea de que el gobierno ha hecho demasiadas concesiones.
Para la oposición, un triunfo en las próximas elecciones nacionales puede significar que ningún programa pueda trascender la capacidad de veto de los sectores sociales organizados, principalmente el movimiento obrero y que su gobierno puede caer en la apelación a gobernar por decretos, o a esterilizarse.
También cabe recuperar una característica de los discursos de Mujica y Lacalle, los dos uruguayos que podrían ser presidentes: ambos proponen ideas que van más allá de un mero posicionamiento en el centro del espectro, sino que envuelven valores, definiciones y perspectivas políticamente relevantes.
¿Es posible un acuerdo para gobernar, basado en los grandes ejes y problemas estratégicos del país, como la energía, la educación, la seguridad pública y la inserción externa?
Solo el tiempo lo dirá.


(*) Coordinador del Programa de Relaciones Internacionales de FLACSO Uruguay

7 comentarios:

Dios dijo...

Los porcentajes están hechos para hacer compraciones. Sin embargo no cualquier porcentaje es plausible de ser comparado.
El Congreso del Frente Amplio permite la votación múltiple a sus delegados en esta instancia. Por esto, comparar los resultados de las Elecciones internas con el apoyo de los candidatos en el Congreso, es como comparar papas con boñatos.
En el congreso del FA, Mujica reicibó el apoyo de su candidatura por parte del 71% de los presentes, Cárambula 42%, Astori 23%, martínez 21 y Rubio 17%. El total no es 100, justamente porque el congreso habilita el voto múltiple y así decidieron hacerlo casi todos los sectores con representación.
Usar la comparación de estos números con los de las elecciones internas para decir que "Mujica tiene menos apoyo en la gente que en los militantes", o que "el Frente Amplio tiene un aparato obsoleto que data de 1971" o aún más, "que la estructura interna del Frente Amplio está perimida", no es un error aritmético, es una mentira con intenciones políticas. Tal acción es la que ha hecho Alfonso Lessa, que dudo se equivoque en las sumas.

Anónimo dijo...

Hola Carlos:

Muy bueno el trabajo en el Blog leì la carta desde-sobre Honduras y sobre las elecciones internas acà.

Abrazo

Anónimo dijo...

Me voy a permitir responder el comentario de Dios, aun cuando sabemos que El es omnisciente, omnisapiente y omnipresente.
Aun asi, ratifico lo que escribi en mi modesto comentario de las elecciones internas.
Nada tiene que ver el voto múltlple en el Plenario, ni se suman peras con manzanas: Mujica recibió la adhesión del 71% en el plenario, y del 55% en la interna. Es un hecho objetivo, que a nadie debe sorprender. Es natural que la propuesta de Mujica -más jugada-interprete mejor a la militancia (el propio Mujica lo ha dicho más de una vez) que a las clases medias; y es natural que la propuesta de Astorio convoque adhesiones inversas. Este es el aspecto plausible de la hipótesis de Lessa -no conozco otros y no puedo atribuir o sospechar intencionalidades. Sobre lo perimido u obsolteo de la estructura del Frente, no puedo opinar, pero no es descabellado para nada suponer que ella es muy disfuncional: i) responde más al modelo coalición de partidos del Frente del 71, que al partido coalición del Frente de hoy; ii) no le permite tomar con la debida celeridad, las decisiones que necesita...

Anónimo dijo...

El hecho es que en el congreso del Frente Amplio no se elegía por un candidato sino que se habilitaban candidaturas. Así, muchisimos sectores entendieron que debían habilitar todas las candidaturas aun cuando ya se posicionaran a favor de una de ellas en partícular; caso del Partido Socialista o la Vertiente Artiguista. Estos votos lo que mostraban es que el Frente Amplio permitía a los 5 en cuestión promoverse como candidatos.

El problema que genera esto, es que es imposible saber que hubiese decidido el congreso si tenía que elegir a UN candidato. De ser así, el PS y la VA hubiesen votado solamente al candidato que consideraban mejor (como hicieron en las internas). Seguramente el Espacio 609 no hubiese votado a Carambula y hubiese dado sus votos unicamente a Mujica.
Siendo así, es estrictamente cierto que Mujica obutvo 71% en el congreso y 55% en las internas. Pero como bien sabemos, los números por si solos no dicen nada, y las conclusiones que de ellos extraemos son lo importante. Que Mujica decaiga un 15% y Astori crezca un 15% de una elección a otra se debe más a que el PS y la VA debieron optar por un candidato y ya no habilitar a uno solo de elos. Casualmente el PS votó para un 11% en las elecciones internas lo cual explica en buena parte los 15 puntos que bajó Mujica y los 10 que subió Astori.
Esos números, me parecen más sensatos a la hora de sacar conclusiones.

Por otra parte, es evidente que el congreso del Frente Amplio asume sus carencias, en los hechos, cuando Mujica podría haber sido candidato sin trámites, decidió envíar a a elecciones a 5 candidatos para que decidiese su electorado.

Finalmente, no deja de ser cierto que Mujica gusta más al congreso que a la clase media, pero no creo que eso se pueda extraer de un análisis cuantitativo como hace Lessa sino de uno de corte cualitativo.

Saludos. Seba.

Oscar dijo...

Ayer en el programa del canal 5 de Sonia Brescia hablo el politólogo Adolfo Garce, y a este le preocupaba sobremanera la poca participación en la votación más allá de obligatoriedad o no de la concurrencia. Y llamaba a la reflexión generalizada porque podía ser el inicio de una nueva etapa, que le preocupaba, y como esta todo relacionado mas allá de la famosa globalización, resulta interesante lo que el decía, aunque lo dejo ahí planteando.

Oscar dijo...

Hay mucha cuestión que ignoramos, pero conociendo el paño, uno deduce de que hay arreglos que ya vienen de antes y me refiero al abrazo entre el Cuqui y Larrañaga, no me entra en la cabeza que Rafael Baice ( se escribe así?) sociólogo, politólogo, un tipo inteligente y por lo general bien ubicado en las mayoría de la intervenciones que le he escuchado, se sume a la caterva de “sorprendidos por la rapidez” en el arreglo de la formula blanca, acaso no hay una historia, no tan reciente como las propias elecciones internas que acababan de finalizar?.

Anónimo dijo...

Concuerdo con lo que plantea Seba, en más de un sentido: el plurivoto permitía adhesiones múltiples y dificulta una traslación de la realidad del plenario a la de la primaria. No cabe duda de que es así. Sin embargo, mi comentario estaba menos interesado en la interna del Frente y más en los resultados. En ese sentido, las personas "dispuestas a habilitar" -bajo reglas diversas- la candidatura de Mujica, fueron más en el Plenario que en la elección. Aun si atribuimos todos los votos de Carámbula en la primaria a Mujica, tenemos solo un 68%. Y -estimación contrafactual o al menos ex post- al menos un 3% de simpatizantes de Astori tambien lo habilitaron. Ese 71% marca a las claras que un 29% decidió no apoyarlo. Quienes no lo apoyaron en la primaria fueron más, 45%.
En suma, el tema tiene su complejidad. En el Partido Nacional, sucede algo similar. Es probable que la gran ventaja de Lacalle en la interna deba algo al voto extrapartidario (colorados) pero no estoy seguro que se pueda estimar certeramente esa contribución.